Sábanas de papel
A veces me embriago
de lúgubres epitafios
que yacen dormidos
subyugados a la razón
abrigadas de una soledad
inoperante, desesperante
que balbucean nombres
en las sombras de la noche
y no sé ni yo mismo que decir
al atenazarse en miedo visceral que me llama y me devora a no descansar ni de día ni de noche.
Y me doy cuenta
que ya solo hablo
conmigo mismo
y un trozo de papel
que doy nombre
a cada una de mis amantes
con las que yací tumbado
acomodado en otro lugar
en sábanas de papel,
recordando, soñando
que fue verdad los versos
que les iba narrando
en cada caricia
cada beso
cada cosquilleo
en que jugábamos
a ser políglotas del amor.
Este sin vivir, viviendo
me dice quien desfallecerá
antes, si la razón
o el corazón,
aun no he podido determinar
este enigma sin resolver
siempre entre...
sábanas de papel
escritas a mono
de un solitario y tardío
calendario de la vejez.
Manu
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