Como fraguar esta soledad
Si no es a través del silencio
Que ha de llegar cargado
De su vil tormento
Como voy a cimentar
Este viaje infernal
En el que me ha tocado partir
De una manera tan cruel
Partiré en seguirá a este viaje
En el que me espera el canto
De un ora,pro nobis
En la señal de mi cruz
Manu
domingo, 18 de junio de 2017
Silencio
La habitación huele a silencio
Me adentro, en su pensamiento
Olor a muerte y formol
Al frío sol de sus techos
Desnudo partirá
Traje tieso de madera
Que ya nadie le planchara
Solo la fria tierra lo arrugara
Somos carne, líquidos y gases
En que partimos a ninguna parte
No hay regreso en su entierro
Solo olor a silencio
Manu
Siento...
Siento mis venas de cal viva encendidas
Invadiendo los demonios, en la piel rojiza de mi espalda
Te llamo a través de las huellas de mis sueños de ayer
Que hoy son pesadillas, echa mujer
Ambiguo es el sexo de los soldados del cielo
Que conquistan la noche, mi noche, la noche de cualquiera
Que duerma, que ame, que sufra, subiendo en esa memoria oscura que llevo en mi cerebro, esperando a ser devorada por los Ángeles de la noche.
Odio dormirme, tú y yo sabemos porque lo digo, en tus tinieblas está mi respuesta, como en mi muerte.
Hablo desde esta conciencia que engendre en noches de guerras, batallas en las que aún no he ganado, y me escondo en la trinchera, a esperar que se vaya el enemigo de mi conciencia
Al fin y al cabo es solo un sueño,
Que no deja de atormentar mis anhelos, esos anhelos que tengo con mi infierno, donde soy devorado, de dentro hacia fuera de mi cuerpo, lentamente, pausadamente, como queriendo hacerme renunciar a la memoria, a mí ayer, ese ayer que aún es hoy.
Siento sobre mi, la languidez de un gusano, la lápida fría pillándome las manos, aprisionando el pecho, y no puedo levantar tan pesada losa
Muero, muero en el velo de la noche, sin luz, regando los caminos la negra oscuridad que dejó el amor, en una angustiosa pena, que mató el corazón que regó la cal viva encendida.
A veces juego, a no estar muerto, pero no me encuentro, no me encuentro.
Y no quiero creer, que Dios se ha rendido, ante tanta pena en esta tierra y que solo el demonio, alcanzará sus logros.
Manu
Invadiendo los demonios, en la piel rojiza de mi espalda
Te llamo a través de las huellas de mis sueños de ayer
Que hoy son pesadillas, echa mujer
Ambiguo es el sexo de los soldados del cielo
Que conquistan la noche, mi noche, la noche de cualquiera
Que duerma, que ame, que sufra, subiendo en esa memoria oscura que llevo en mi cerebro, esperando a ser devorada por los Ángeles de la noche.
Odio dormirme, tú y yo sabemos porque lo digo, en tus tinieblas está mi respuesta, como en mi muerte.
Hablo desde esta conciencia que engendre en noches de guerras, batallas en las que aún no he ganado, y me escondo en la trinchera, a esperar que se vaya el enemigo de mi conciencia
Al fin y al cabo es solo un sueño,
Que no deja de atormentar mis anhelos, esos anhelos que tengo con mi infierno, donde soy devorado, de dentro hacia fuera de mi cuerpo, lentamente, pausadamente, como queriendo hacerme renunciar a la memoria, a mí ayer, ese ayer que aún es hoy.
Siento sobre mi, la languidez de un gusano, la lápida fría pillándome las manos, aprisionando el pecho, y no puedo levantar tan pesada losa
Muero, muero en el velo de la noche, sin luz, regando los caminos la negra oscuridad que dejó el amor, en una angustiosa pena, que mató el corazón que regó la cal viva encendida.
A veces juego, a no estar muerto, pero no me encuentro, no me encuentro.
Y no quiero creer, que Dios se ha rendido, ante tanta pena en esta tierra y que solo el demonio, alcanzará sus logros.
Manu
Que voz...
Que voz ha de matar el tiempo
Sino es la voz del corazón
O es el grito del silencio
Arremetiendo con el eco
Manu
Sentidos
Sentidos
Abrazos que abrigan las ganas
Besos que mudan el alma
Miradas profundas al corazón
Sonidos de tu respiración
Oliendo otra noche de amor.
Manu
Mis versos van...
Mis versos van desnudos
Mis besos de piel vestidos
Y esta pasión no esconde ni piel ni vestidos.
Hacia ti van, solo hacia ti
De escapulario blanco.
Manu
Ajos negros
Ajos negros
Lejanía oliendo a jengibre
Soledades a limones frescos
Admirando tu cuerpo de pérgola
Con mis ojos de ajos negros
Manu
Promesas incumplidas
Promesas incumplidas
Un hotel, palabras de amor
Promesas incumplidas
De halagos malogrados
Besos apasionados
Ciegos momentos
Dándome cuenta
De lo que está pasando
Paseos en la playa
Caricias nocturnas
Momentos oscuros
Arena en mis ojos
No más mentiras
Ni ya perdones
Yo lo malogró
Después de haber creido
En todos los logros.
A otro a pedir perdones
A otro con tu hipocresía
Yo te libero
De promesas incumplidas.
Manu
Solo era
Solo era
En un eco agónico
Están las sabanas blancas
Amortajando tu abrazo perdido.
Era pasión sin fin
Silencios de amor
Miradas sincronizadas
Palabras enriquecidas
Abrigos carnales
Sexo y ternura
Cama dormida
Era, solo era
Hoy todo oscuridad
Noches vacías
Soledad compañera
Semen sepulcral
Besos ya sin sed
Versos sin musa
Sabanas solas
Ya nada, nada
Manu
Nunca ser foto
Nunca ser foto
Quisiera quemarme en tu sombra serena
Acumular palabras en la siesta
Empalagarme de te quieros
Dormir mirando las estrellas
Ser el trébol de cuatro hojas
O la estrella de cinco puntas
Importunarte en las madrugadas a besos
Traicionar todo mi pasado
Para estar en conflicto cada día
Sentir tu cuerpo a tierra
Y andar los caminos de las siegas
Persiguiendo la melancolía
Que no fuéramos jamás una foto en un álbum inerte, acumulando polvo.
Manu
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