El amor
Me he dado cuenta que a veces el amor es tan efímero como las hojas caídas del otoño, o la indiferencia fría de dos trozos de hielo que se derriten al calor de un buen licor, aguando y enfriando su sabor.
Y te preguntas que fuerza nos empuja con tan estridente pasión a amar o ha ser amado, con un calor desmesurado, si al final es la frialdad la que ha ganado.
Por más que busques respuestas no hacen más que enredarnos en pensamientos opacos, turbios y confundidos con la triste realidad de que todo lo que empieza, siempre acaba en versos frustrados a la triste e inevitable realidad de un bis a bis encerrados a sucesos irremediablemente acabados.
Manu