Iceberg
Llueve el iceberg Esmeraldas verdes
Desde un otoño de claros atardeceres
Donde se divisan las frialdades de almas inconscientes
Sabiendo que un mañana no existe
Donde el congelado ayer se perdió sin decir adiós en un rojo amanecer de sangre fría y dormida llena de furia.
Y aquí estoy hoy
Narrando mi desventura
De muerte fría y adolecida
En pagana desventura
Donde no oigo las voces ni ese calor que me acogía en noches gélidas, hasta llegar al encuentro de tu cálido aliento.
Hoy, no soy humano
Ni pies, ni manos
Ni ojos apesadumbrados
Solo un iceberg derramando lagrimas verdes esmeraldas.
Manu
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